Estas semanas hemos estado un poco nerviosos, además, con lo que llueve...
Así que esta vez nos hemos relajado PINTANDO MANDALAS, pero de una forma un tanto especial.
Y es que colorear mandalas es bueno para potencia nuestra creatividad, imaginación y originalidad, potencia nuestra concentración, desarrollamos la paciencia y los sentidos, aporta serenidad y tranquilidad, potencia la confianza y la seguridad en uno mismo, es una invitación al control sobre nosotros mismo, al razonamiento y a la reflexión, y potencia nuestra intuición.
Pero es que, además, lo hemos hecho un poco más complejo, para centrarnos en el momento en el que lo estábamos haciendo, independientemente de cómo esté pintado anteriormente, fijándonos únicamente en nuestro propio momento. Hemos colocado tanto mandalas como niñ@s, y tenían que colorear el mandala que tenían delante. Al oír "cambio", debían pasar el dibujo al compañer@ de la derecha, y comenzar a colorear el siguiente mandala, importando únicamente el momento en el que estoy concentrad@.
Y así de fenomenal lo han hecho!
